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Dic 18, 2019diciembre 18, 2019
Natalia quiere ser trabajadora social, Christian diseñador gráfico, Moisés quiere ser químico y Fátima, licenciada en comunicaciones. Como ellos, más de 30 jóvenes salvadoreños que han participado en los programas educativos CINDE, quieren continuar con sus estudios y convertirse en jóvenes formados, empoderados y profesionalmente capaces. Solo necesitan una oportunidad, y queremos dársela. ¡Nos queda
Conoce todo lo que hemos hecho en 2018 en nuestra Memoria de Labores anual. Este documento que presentamos da cuenta de las acciones realizadas este pasado año, de los logros alcanzados en favor de la niñez y la juventud, de mujeres y familias de barrios degradados y empobrecidos que enfrentan grandes retos para construir condiciones dignas a las que todas las personas tenemos derecho.
Cuando aterricé en El Salvador, lo hice con un programa de clases de inglés bajo el brazo y poca idea sobre el país. Gracias a CINDE conocí otra realidad muy distinta a la mía. Una realidad que, aunque sabía de su existencia, siempre había ignorado. Desde entonces colaboro con CINDE desde Madrid y estoy deseando poder volver a El Salvador.
Gracias al trabajo del equipo de CINDE pude mimetizarme con vidas muy distintas a la mía, absorbiendo todo aquello que, tanto niñas y niños como madres y profesoras, compartieron conmigo. Estaré siempre agradecido por lo que esta experiencia me ha aportado como persona, y espero ser capaz de devolver, aunque sea en parte, todo lo que la gente de El Salvador me regaló.
Tuve la oportunidad de colaborar con CINDE, trabajando en los distintos centros que tiene por diferentes barrios marginales de San Salvador. Cuando me decidí a ir, poco imaginaba la realidad con la que me encontraría, más dura de lo que había pensado. Esta experiencia me enseñó a ver el mundo con otros ojos. Soy socia y colaboradora activa desde entonces.
La primera vez que aterricé en el aeropuerto de El Salvador tenía 20 años, muchas ganas de trabajar y mucha ilusión. Repetí la experiencia varias veces después y actualmente trabajo en El Salvador coordinando un proyecto de la organización. CINDE se ha convertido en una gran familia para mí, es de las mejores cosas que me han pasado en la vida.